miércoles, 27 de mayo de 2015

[ one-shot. ] Shinning Sun — Girl's Day.


Buenas a todos~ Hoy vengo con una actualización literaria, ¡bieeen! ♥♥
Me vino la inspiración mientras escucha a música y realmente me gusta lo que hice, muy lindo como yo (?) Ok, no xdd

Girl's Day no es de mis grupos favoritos pero las amo igualmente y espero animaros a amarlas también, si es que no lo hacéis ya xdd
Sin más que decir, os dejo con el shot, ¡disfrutadlo y comentad!

——— ♡ ———

Título: Shinning Sun.
Tipo: Yuri.
Grupo: Girl's Day.
Pareja(s): OTP4.
Género: Amistad, amor fraternal.
Otros: Me inspiré en su canción "Hello Bubble".


Hay ocasiones en las que sin ningún motivo aparente estás apagado, en las que sientes un gran peso sobre los hombros sin más, en las que el cielo se ha vuelto gris a tus ojos cuando para los demás es un maravilloso día con un sol brillante en el firmamento.
Sí, hay veces en las que lamentas tu sola existencia, pero por cada día de esos existen un millón más en los que el cielo es azul y el agua, cristalina.

— ¡Yura! ¿Se puede saber qué estás haciendo? ¿De dónde sacaste esa libreta? —en cuanto escuché una voz tras de mí cerré el cuadernillo que tenía frente a mí, casi como se hubiese tratado de un acto reflejo.

— De la tienda, ¿de dónde si no? Creí que eras más lista, Hyeri —noté como se molestaba y sonreí ante ello, realmente se veía linda cuando hacía pucheros.

— ¿Qué tal si la dejas en alguna parte y salimos? Hace un buen día y no es bueno que lo desperdiciemos —suspiré, en verdad no tenía ganas de caminar, pero como ya sabía que entre las tres me acabarían arrastrando no quise poner resistencia.

Me levanté fugazmente del asiento y, haciéndome con un par de gafas de sol y unas deportivas para caminar cómodamente todo lo que me obligasen, fui a la entrada del apartamento que desde nuestro debut compartimos. Me gusta poder vivir juntas.
Cuando quise darme cuenta no estaba ahí sola, tanto Hyeri como Minah y Sojin se encontraban a mi lado, preparadas para nuestra marcha.

— Y bien, ¿a dónde se supone que queréis ir? —sin darme tiempo a sugerir ningún lugar me vi siendo arrastrada por las tres, sin ningún rumbo fijo, o al menos eso me pareció en un principio.

Por mucho que quise articular palabra ninguna me dejó ni tan siquiera soltar un suspiro, en serio, ¿qué mosca les había picado? Son raras, no cabe la menor duda, pero hoy se están excediendo.

Cruzamos calles y calles hasta que llegó un punto en el que directamente ni tan siquiera era capaz de orientarme, ¿lo habían hecho a posta?

— Esto…¿Sabéis donde estamos? ¿Por lo menos a donde vamos? —finalmente me dejaron hablar aunque de poco me sirvió ya que todas actuaron como si no existiera y me ignoraron sin más, ¿tal vez trataban de sorprenderme con algo? Miles de pregunta se instalaron en mi cabeza.

No detuvimos la caminata ni un solo instante por lo que comencé a sentirme fatigada aunque sin duda no se podía decir lo mismo de ellas ya que casi parecía que no habían caminado un solo segundo.

— Ya casi estamos, intenta sobrevivir, ¿sí? —las tres me miraron con unas enormes sonrisas dibujadas en cada uno de sus rostros, sí que parecía que me tuviesen una sorpresa, pero la pregunta era de qué se trataba.

Me cansé de intentar averiguar dónde estábamos o a dónde íbamos por lo que terminé fijándome tan solo en los detalles del camino que me parecieron bonitos, o singulares encontrando lo que muchos considerarían “tesoros”.

— ¡Aquí es! —escuché sus tres melodiosas voces sonar al unísono, con cierto tono de alegría fácilmente apreciable por cualquiera.

Volví a fijarme en la que era nuestra realidad y así me encontré con el lugar que a partir de entonces se convertiría en algo así como mi “oasis secreto” aunque de secreto realmente no tenía nada.

Contemplé maravillada lo que a mi alrededor se encontraba: parecía ser el final de una calle sin continuación pero unas escaleras hacia lo que se podría denominar como pequeño jardín hacían que fuese especial, mucho más que un callejón sin salida a mí me pareció el camino que nos llevaría a todas a cualquier lugar que pudiéramos llegar a desear, sin importar su verdadera existencia o su ubicación.

— ¿Qué es esto? ¿Tal vez un escondite para delincuentes? —varias risas provinieron de las tres pero preferí no hacer caso y simplemente acercarme más.

Bajé con sumo cuidado el pequeño tramo de escaleras de cemento que se encontraban frente mí, analizando mientras tanto todo lo que me faltaba.
Pude descubrir, entre las muchas plantas, una pequeña mesa de café de hierro pintada de blanco, con algunas sillas a juego, todo el conjunto medio oxidado pero que gracias a eso había cogido una belleza diferente.

Me senté un momento para contemplar la ciudad porque sí, el lugar carecía de una pared, pero en su lugar se alzaban unas preciosas vistas que jamás imaginé que contemplaría. También se podía diferenciar una pequeña barandilla, como estaba claro para hacer más dificultoso el que alguien cayese al vacío.

— ¿Veis? Os dije que le encantaría —la voz de Sojin me sacó de mis pensamientos, haciendo que girase levemente la cabeza, lo suficiente como para poder observarlas y que ellas vieran la sonrisa que llevaba dibujada en mi rostro desde hacía un buen rato.

— Este lugar es maravilloso…¿Me lo habéis estado ocultando por mucho tiempo? —las tres negaron y pasaron a explicarme el cómo de su descubrimiento. Al parecer Minah lo había encontrado de casualidad días atrás mientras volvía de la compañía por su cuenta, queriendo cambiar de camino por una vez. Más tarde se lo mostró a las otras dos y entre todas decidieron guardar el secreto hasta el fin de semana y que pudiéramos disfrutar de un rato las cuatro, como amigas que éramos y no como compañeras de grupo, que también estaba bien.

Sonreí en todo momento, en verdad estaba contenta por poder disfrutar de algo como aquello con ellas, las que iban a ser siempre mis mejor amigas, mi segunda familia.

Antes de continuar hablando se acercaron y se acomodaron a mi lado, ocupando todas las sillas y dirigiendo nuestras miradas hacia el horizonte, contemplando el cielo azul y el magnífico brillo del sol. ¿Acaso podría haber pedido algo mejor que aquello? Creo que no.

— Sin duda quiero repetir esto todas las veces posibles...Con vosotras, con nadie más —me miraron y cruzamos sonrisas entre todas, intercambiando también algunos pensamientos y sentimientos que simplemente no nos hacían falta transmitir con palabras, porque somos un solo ser, y por nada del mundo me gustaría perder todo lo que tenemos, conservarlo durante toda la eternidad será mi deseo.

Está claro;
si estoy con ellas, si nos mantenemos unidas, el sol siempre brillará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario